Isis Olaya
- cartografiaescrito
- 9 sept 2024
- 4 Min. de lectura
Los géneros que más utiliza son: poesía, multimodal y diario.

Isis Olaya (Zitácuaro, Michoacán, 1995) Maestra en Estudios Críticos del Lenguaje por la UdeG. Es autora de Luz Artificial (Hipertexts Ediciones, 2020). Ha publicado en las Antología del Tercer Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes Ciudad de Morelia 2017 y el Encuentro Internacional de Poetas Zamora, emisión 2019 y 2020. Ha sido becaria interfaz-Guanajuato 2018 y del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) Michoacán 2018 y 2024.
Reina de bastos, Diego Barajas, 2021
TEXTO LITERARIO
Apegos feroces
Isis Olaya
Busco lo que casi nunca se encuentra. Soy
capaz de romper un corazón por ver lo que
tiene adentro, a trueque de matarme yo mismo
sobre los restos de ese corazón.
Horacio Quiroga
Tú y yo ya no nos queremos.
Después de todo lo vivido nuestra existencia solo es
ansiedad. Ya no quiero dudar sobre lanzarme al precipicio,
ni sentarme a escribir te extraño
y arrullar todo el amor que te inventé.
Estás predispuesto a que te voy a hacer trizas sin siquiera intentarlo,
dentro de poco la que estará hecha trizas seré yo.
En los escombros
están internadas y agonizando las emociones,
quiero pisotearlas para acabarlas de matar,
romper el sueño y la idea romántica de cómo estallamos en ternura
cuando en realidad solo era ansiedad:
yo viéndome al espejo y el reflejo de la falta de afecto me es inevitable,
necesito tramitar lo imposible
solo basta un mensaje para desmotivarme.
Esto no se trata de mi estabilidad
sino de lo cansada que me encuentro en estos 5 años
detallando cada pelusa de tu suéter viejo,
pensando que construíamos armarios en cada casa
que las hebras de los hilos podrían ser resistentes,
pero es que yo solo sentía ansiedad.
El apego se convierte en el enemigo,
me dice al oído que no podemos estar lejos,
que en este edificio todo se mueve y necesito que alguien lo pare,
-yo soy el terremoto que no quiere detenerse-.
Quisiera decirte que he recaído, devuelvo la comida por las mañanas, ya no hablo con las
plantas y mis gatas me ven como su opuesto.
El medicamento no funciona ¿por qué no puedo dormir?
no logro acomodar ni siquiera mi habitación o el armario que no protege nada. Quisiera decirte que siempre fui triste y no paro de desear la muerte,
quisiera contarte que la vida apremia a los corrompidos, los indemniza.
Mi situación empeora porque nos estamos moviendo
y todavía no me rio de lo bien que me está sentando.
Porque a mí solo me enseñaron a querer y creer en algo que me es imposible,
que la existencia de dios me sume en tristeza,
-él y yo no nos llevamos bien-
que, si realmente hay alguien por favor, que me enseñen a rezar
y no desde la culpa.
Porque no se trata de ti sino de las cosas que nadie me enseñó a los 7,
la frustración de no poder hacer que se quede nadie porque
ni yo quiero estar aquí,
que ni para el suicidio soy buena,
que permanecer en este espacio solo merece tristeza
porque soy triste.
Una palabra que quemó desde los 5,
que me convirtió en el tizne del metal,
la cuerda deslavada por los años.
Esto no tiene nada que ver contigo
ni el tú y yo no nos amamos
ni el haremos que esto funcione.
Esto no tiene nada que ver contigo,
esto es mi falta de todo.
Publicado en: Olaya, Isis. (2023). Apegos feroces. Lectura Marina: Estuario:Antología de poetas jóvenes por Cristina Meza”. Guadalajara: Editorial Tulipes. DISPONIBLE EN: https://editorialtulipes.com/wp-content/uploads/2024/02/Lectura-Marina- Estuario.pdf
Huella Luminosa
Isis Olaya
Es difícil dejar la mente en blanco
mantenerla sin colores y olores que persuaden a la estampida
Recuerdos como antílopes asustados
el sonido de sus patas al levantar el polvo
el sonido del lugar cuando ocurre el accidente
como el dedo índice en la espalda
el giro de la cabeza
la violencia del trote a las dos de la mañana camino a casa
la primera pared
Ahora todo es tan lejano como la humedad en la atmósfera
la sequía se apoderó del ambiente
lejos del acantilado donde crecimos
entre las vasijas de plata
Durante la cena
me recargo en las piernas del otro
porque puedo sentirme segura
No porque desee el apareamiento en su cuerpo
Lo que no sabes es que sigo buscando
las huellas de tu rebaño
en muslos y
huesos
míos quizá
La humedad se encuentra a kilómetros de años
Y retomar los años
toma prestado otros años Mientras tanto
Finjo un no me gusta
un nada duele
el simplemente no hay nostalgia
he sido elegida para adaptarse a los cambios
la evolución de mi cuerpo
la separación de las manos juntas
recuerda que a mí me gusta
Caer de espaldas
o de días grises
porque el duelo hacia ti ya lo tuve antes
Y lloré suficiente agua para abastecer 50 años,
25 generaciones de puntos unidos
y pienso que
Volvería a hacerlo.
Publicado en: Olaya, Isis. (2020). Huella Luminosa. Luz artificial. Toluca: Hipertext Ediciones.
El cazador
Isis Olaya
"My baby shot me down..."
-Nancy Sinatra
La distancia que nos une es la bala que acaba de llegar
es el ojo que enfoca
es contener la respiración
Y nos distinguimos entre los árboles como si la ceguera diera para más
Hasta de lejos eres dolor de cabeza
eres el instinto para huir
eres la decadencia del blanco
Y te gusta disparar sin los oídos tapados y apretando los ojos
Porque nunca fallas...
la bala
la bala
lo frío
lo metálico
lo penetrante
E l d o l o r
e l d o l o r
en las sienes y la sangre de la nariz
el dolor al tiempo
yacer en el limo
Algo tuyo se quedó dentro de mi cuerpo y no es la bala,
algo inmenso y más duro que la bala
Y espero el desollamiento
el bórax
la forma de mi nuevo cuerpo
y la posición en tu pared:

La distancia que nos unía era la bala que llegó después
era estrechar las manos
era acariciar nuestro pelaje
era vernos en la oscuridad
limpiarnos con la lengua la suciedad de la tierra
El depredador tiene que conocer bien a su presa antes de atacar.
Publicado en: Olaya, Isis. (2016). El cazador. Animalario, Revista literaria de la Facultad de Letras. Morelia: UMSNH.
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