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Xóchitl Tavera

Actualizado: hace 3 días

Los géneros que más utiliza son: epistolar, cuento, diario y otro.


Xóchitl Tavera es escritora y docente mexicana. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Latina de América; maestra en Estudios Humanísticos por el ITESM y en Estudios del Discurso por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y estudiante del Doctorado en Lingüística en El Colegio de México. Conduce el programa de radio por Internet Tacos de Lengua en la estación Radio UNLA. Ha sido profesora en instituciones como la UNLA, la UMSNH y la UVM. Escribe ensayos, cuentos y literatura epistolar. Ha sido finalista y ganadora en distintos concursos estatales y nacionales como: Carta a los héroes de


Fotografía tomada por Xóchitl Tavera


la patria (2010); ¡Qué orgullo es Michoacano! (2011), Te quiero decir (2024) y La CDMX en movimiento (2024). Su obra aparece en antologías de narrativa como Turbulencia Dosmilonce (Editorial Ficticia, 2011) y Hechas de letras. Narrativa (Taít / Secretaría de Cultura de Morelia, 2023) y es coautora del libro Expresiones manifiestas (Ítaca, 2022).


TEXTO LITERARIO

Demencia

Xóchitl Tavera


Siento la rabia en las manos que me tiemblan y no sé qué más hacer con ellas salvo golpearme repetidamente en la cabeza para ver si así disipo la angustia. Pero no se pasa, la siento más. Me duele la cara, tengo las mejillas rojas, encendidas de ira. El perro ladra. No ladra, aúlla. Y yo no sé qué hacer para controlarlo. Aúlla con tal dolor que parece que alguien le está arrancando la piel despacio para que sufra. Su llanto suena igual que si su cuerpo se revolcara en un hormiguero con miles de insectos devorando su carne. El estómago se me retuerce y los dientes me rechinan de tanto que los aprieto. Quiero arañarme la piel de la cara, de los brazos. Me jalo el cabello porque ya no lo soporto. Pienso: qué bueno que no soy madre. Nunca debería ser madre. Odiaría a mis hijos, odiaría su llanto incomprensible. El coraje de no saber si el berrido es de hambre o de sueño o de sed. No aguanto más. Salgo a buscar al perro, pero no lo encuentro. Solo lo oigo, pero no sé dónde está. Corro a la habitación para taparme la cara con la almohada, pero su llanto la traspasa, es un esfuerzo inútil. Estoy harta, harta, harta. Llora tanto que lo odio, detesto su chillido y solo quiero que pare. ¿Por qué no para?, ¿quién le hace daño? No existe ningún perro. Lo estoy imaginando. Yo soy ese perro. Metida en este cuerpo corroído por la ansiedad y el dolor. Siento que me arden las venas, que se me queman las entrañas desde lo más profundo. Parece que me voy a consumir, que un hueco en mi estómago se transforma en un agujero negro que va a tragarme a mí y luego va a aspirar el cuarto, la casa, la calle. Inútil, estúpida, mediocre. Buena para nada. Incapaz, infectada, sucia, insana. Soy todo eso y a la vez nada. Soy ese maldito perro y su ruido infernal mientras me azoto en el vidrio de la puerta esperando quebrarlo. Si lo rompo, los pedazos arañarán mi cuerpo y me escurrirá la sangre. Me quedaré inconsciente, pero seré libre. Y no más aullidos lastimeros, no más dolor. No más tener que vivir en esta bolsa de huesos calcinados en la que no me reconozco.


Publicado en: (2023). Hechas de letras. Antología de escritoras en Morelia. Narrativa. Morelia: Colectiva Tait; Secretaría de Cultura del Ayuntamiento de Morelia.


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